España, México y Perú cuentan con templos culinarios adaptados a las particularidades de un país en el que no se puede comer carne de cerdo ni beber o cocinar con alcohol y evitan los alimentos crudos, con lo que los platos tradicionales tienen sus limitaciones en unos países en los que son elementos básicos de la cocina.
Algunos de los chef internacionales más importantes han encontrado en Catar un país abierto y hospitalario y estrellas Michelin, y algunos de los mejores cocineros del mundo como Wolfgang Puck, Pino Lavarra, Nobu o Alain Ducasse cuentan con un establecimiento, pero también el español Dani García o el peruano Gastón Acurio.
LA FUSIÓN Y EL REALISMO MÁGICO PERUANO
Frank Ponce tiene 32 años y es el chef de La Mar, la cebichería peruana de Gastón Acurio.
El restaurante se encuentra en el Hotel Intercontinental de Doha y cuenta con más de una treintena de propuestas de fusión y tradición.
A este restaurante Frank llegó en 2018, aunque desde 2014 trabaja con Acurio. Su trayectoria de más de 13 años arrancó en la cocina de su abuela y de ahí pasó a especializarse no solo en cocina peruana de alto nivel sino también en la mejor tradición italiana y japonesa.
“Es un restaurante peruano, ofrecemos cocina del mar. Pero tenemos variedades de carnes, corderos, una oferta muy variada acostumbrándonos al mercado catarí, que es totalmente nuevo para nosotros. No sabíamos cómo iba a funcionar, pero en todo este tiempo que hemos estado, 4 años, ha sido muy buena la aceptación. Cocina tradicional peruana llevada a otro nivel”, detalla a EFE el chef.
Causa limeña, tiraditos como el de ají amarillo, cocina Nikkei o el clásico cebiche son algunos de sus platos más demandados, pero también han hecho creaciones específicas para el mercado catarí: “La creación de platos es con la ayuda de Gastón Acurio, dando ideas. Tenemos un plato que nació acá. El ‘chaufa middle east’, que es una salsa anticuchera superclásica peruana con insumos del medio oriente” como son la canela, el clavo, o el anís estrella, y el cordero lo hacen salteado al wok con arroz.
Ingredientes que no siempre es fácil encontrar en el mercado de Catar.
“Desde el principio y hasta hoy en día encontramos estos problemas. Creo que a lo largo de este tiempo hemos sabido manejarlo. Tenemos el producto peruano. Nuestra base de la cocina peruana son los ajíes” pero también encuentran productos locales, el ají amarillo o el panca lo sustituyen por el tailandés o el mexicano y lo mezclan.
“El cocinero al fin y al cabo es como un alquimista, trata siempre de llegar a los sabores para que siempre haya una consistencia en los platos”, añade.
Ahora, como novedad, han incorporado su restaurante a la zona de playa creando en la misma arena La Mar Beach & Manko Doha, con una propuesta gastronómica excepcional y unas vistas de los rascacielos de la bahía absolutamente únicas e imprescindibles. Ambos locales, apenas separados por metros, son distinguidos, refinados y en ellos la luz juega un papel fundamental, casi mágico.
TAPAS ESPAÑOLAS DE ALTA COCINA
La cocina más internacional del chef estrella Michelin español Dani García también cuenta con un local en Doha, BiBo. Santiago Guerrero, de 43 años, se hace cargo desde hace 3 años de la cocina con una propuesta de “tapas divertidas, platos de diferentes sitios del mundo pero siempre con la visión española y andaluza. Es cocina española un poquito más moderna”, detalla.
En Catar triunfan sus croquetas de choco y de puchero, la tortilla de patatas, las patatas bravas con un toque especial o platos más ‘BiBo’ como es el brioche de rabo de toro, todos con una gran demanda.
Ubicado en el hotel St. Regis de la capital se definen como un "fine dining" con la mejor gastronomía mediterránea en forma de "brasserie" y bar de tapas.
“El cliente local viene porque quiere disfrutar de España. Queremos representar lo que es la comida española. Han viajado a España, muchos de ellos o tienen segundas residencias en España o la visitan todos los veranos. Hemos puesto la bandera española aquí en BiBo. También con la apertura de Lobito de Mar (otra de sus franquicias) que acabamos de abrir hace unos meses”, añade.
BiBo Doha es puro glamour. Música en directo, arte en sus paredes, una cuidada bodega para los que pueden consumir vinos y una barra en la que poder picar algo. Es la esencia de España llevada a su máximo exponente, a la elegancia y la tradición.
Al igual que el resto de restaurantes internacionales, encuentran algunos problemas para tener el producto que necesitan en un país que importa cerca del 90 % de lo que consume, sobre todo frutas y verduras, al estar rodeados de desierto.
“Parte del poder de un cocinero es adaptarse a lo que hay en el mercado y con los miles de platos que tenemos en España, poder adaptar un poquito y traer esos sabores españoles sin tener que decir 'no podemos hacer esto porque no tenemos los ingredientes base'. Nos adaptamos y hacemos un poquito de calibración en el producto que sí que tenemos”, detalla.
Hay productos primordiales para su cocina como el aceite de oliva de Arbequina, el atún de almadraba o el arroz bomba, que sí los exportan de España.
Ante la imposibilidad de ofrecer productos del cerdo, muy apreciados en la cocina española, en BiBo Doha han tirado de imaginación. “Hemos podido hacer chorizo con Wagyu (comúnmente conocida como la vaca japonesa). Un poquito de pimentón, de orégano, de vinagre blanco y hacemos nuestro marinado, hacemos el ‘brioche cojonudo’ (como se conoce el plato). No va a ser cerdo pero sí hay maneras de adaptar las cosas. Nos enfocamos en lo que sí hay aquí”, apunta.
LOS TACOS, COMO EN MÉXICO
A Sergio Enrique Peña le conocen como ‘Checo’, tiene 37 años y dejó Ciudad de México para recalar en Doha y embarcarse “en una aventura”. Desde hace 4 años lleva la cocina de Maya en su objetivo de “refinar los platillos tradicionales mexicanos”. Antojitos, tacos, enchiladas, chimichanga o fajitas forman parte del menú.
“Los tacos son el plato estrella de aquí. Los tacos y las enchiladas”, detalla.
Para sus platos utilizan productos locales e importados, aunque como en el resto de establecimientos internacionales requiere de creatividad para evitar la falta de elementos de la cesta de la compra en origen.
“Tratamos de hacer las cosas porque no siempre conseguimos todos los ingredientes típicos mexicanos, entonces utilizamos ingredientes locales o de algún otro país y los adaptamos a la cocina mexicana. O sea, en mi cocina mexicana tenemos base, y si lo relacionamos con cocina india, con cocina asiática, entonces es un poco fácil mezclar esos ingredientes para hacer cocina mexicana. Aparte es error y prueba, error y prueba”, asume.
Maya no es la típica taquería mexicana. Ubicada en la zona de los rascacielos de West Bay, es un local refinado, ambientado en el corazón de México, elegante y con decoración artesanal.
Todo en Maya es puro corazón. Los martes es la noche de los tacos y ofrecen hasta seis variedades en un mismo plato, mientras que los jueves es la ‘señoritas night’ e invitan a las mujeres a “dos tragos” con cada cena.
A ‘Checo’ lo que más le llama la atención de la clientela catarí es su afán por probar toda la carta y todas sus propuestas, aunque sea solo por degustar.
“Ellos nada más hacen el show de que ellos pueden y tienen dinero, piden todo el menú, se los pones en la mesa, prueban una o dos cosas y se levantan y se van”.
Todo lo contrario que la comunidad latina, sobre todo la colonia mexicana en Catar. “Les encanta. Tengo algunos conocidos que vienen muchísimo, una vez por semana y siempre están buscando algo nuevo, siempre quieren algo más. Buscan algo que les recuerde a México. Vienen, piden lo que más les recuerda y casi siempre tratamos de hacer algo diferente. Tenemos un saborcito extra en algún momento para ellos”, detalla ‘Checo’.
Sabores internacionales
Cientos de restaurantes que aportan sabor internacional en el desierto y complementan una oferta única no solo con lo mejor de la región, representados con la sabrosa comida libanesa, india o yemení, sino con embajadas culinarias de todo el mundo.
Se trata de un país en el que el 80% de su población, más de 2,2 millones de personas, son inmigrantes y eso se nota en la mezcla cultural. Qatar 2022 es, sin lugar a dudas, la oportunidad definitiva para deleitarse y disfrutar del gran espectáculo del fútbol, el color de las aficiones y visitar, a través del paladar, la cultura local y lo mejor de la gastronomía internacional. EFE
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