Doha, 25 nov (EFE).- Seis a cero. 'Set en blanco', en términos tenísticos. Que de forma cristalina evidencia una victoria -o una derrota- severa, contundente. Ése fue exactamente el resultado del último enfrentamiento entre España y Alemania, que el domingo se volverán a ver las caras en partido de la segunda jornada del Mundial de fútbol de Qatar 2022.
Y de él; y del 7-0 del partido inaugural que la selección de Luis Enrique le endosó a Costa Rica en el primer partido, se habló; y, no sólo de pasada, en la localidad de Al Shamal, la más norteña de la península de Qatar, donde tiene fijado su cuartel general la tetracampeona, que aún se relame las heridas tras la derrota sufrida ante Japón (1-2). Y que tiene que salir prácticamente a vida o muerte contra la Roja, en el segundo partido del grupo E, en el estadio Al Bayt de la localidad de Al Khor.
Hace poco más de dos años de aquello. El 17 de noviembre del 2020, para ser exactos. En el estadio de La Cartuja. En Sevilla. España vapuleó a la otrora imbatible Alemania en partido oficial de la Liga de Campeones. En un partido en el que al conjunto español lo dirigía Luis Enrique; pero en el que en el banquillo alemán aún no se sentaba su actual entrenador, Hansi Flick, ganador ese año del 'sextete' con el Bayern Múnich.
El entrenador germano era ese día Joachim Löw, que seis años antes había conducido a Alemania a su cuarto título, en el Mundial de Brasil, y que unos meses después cedería el testigo al técnico de Heidelberg, segundo que gana de forma seguida la media docena seguida de títulos, después de que lo lograse Pep Guardiola con el FC Barcelona, once años antes.
Morata abrió ese día el marcador; Ferrán Torres firmó un 'hat trick' y también marcaron Rodri y Oyarzábal: el único de los cuatro que -al no estar totalmente recuperado de una lesión- no está con España en este Mundial.
"Al fútbol juegan 11 contra 11 y al final siempre ganan los alemanes", dictaba una legendaria sentencia acuñada por el ex internacional inglés Gary Lineker -delantero del FC Barcelona a finales de los 80-, tras perder, en los penaltis, la semifinal del Mundial de Italia'90 (el segundo de los dos que jugó), en el que Alemania logró el tercero de sus cuatro títulos.
España había firmado alguna de las excepciones que confirman la regla. Lo hizo en la Eurocopa de Francia'84, con el famoso gol en plancha de Antonio Maceda. Y cuestionó duramente la frase de Lineker en la de Austria y Suiza del 2008, al derrotarla en la final, con gol de Fernando Torres. Dos años antes de eliminarla en semifinales (gol de Carles Puyol) en el Mundial que la Roja ganó en Sudáfrica. Pero Alemania jamás había sufrido un correctivo tan severo ante España como el de la media docena de goles que se llevó en Sevilla.
El domingo, la historia será completamente diferente. Y a buen seguro que Luis Enrique y su cuerpo técnico están trabajando con esmero la gestión psicológica del grupo, con el fin de evitar situaciones de euforia que pudieran derivar en grandes decepciones.
Pero lo que sí es cierto es que horas antes de que este viernes Alemania se entrenase, en sesión vespertina, en Al Shamal -120 kilómetros al norte de Doha, la capital de Qatar- por la mañana, el Deutscher Fussball-Bund (DFB), es decir, la Federación Alemana de Fútbol, organizó su habitual rueda de prensa. En la que comparecieron Kai Havertz, delantero del Chelsea londinense; y Jürgen Brandt, centrocampista del Borussia Dortmund, que no llegó a jugar contra Japón un partido en el que dos 'alemanés', Ritsu Doan -que juega en el fFriburgo- y Takuma Asano -que lo hace en el Bochum- perforaron en sendas ocasiones la portería que defiende Manuel Neuer, capitán de la 'Mannschaft'.
A ambos les mencionaron dos de las más importantes goleadas de la historia de España. El 7-0 del miércoles. Y aquel 6-0 de Sevilla.
La principal novedad en el entrenamiento alemán de este viernes fue el regreso al terreno de prácticas de Leroy Sane, que lució un gigante apósito en la rodilla derecha, en la que sufre las molestias que le impidieron jugar contra los nipones y que podría estar apto para unirse al grupo -aunque no parece que vaya a entrar en el once inicial- ante la Roja. El delantero del Bayern se ejercitó junto a sus compañeros, pero no completó todo el entrenamiento.
Pero por la mañana la comidilla fue las reuniones con autocrítica (y crítica ajena) que mantuvieron los alemanes para recuperarse cuanto antes con miras al choque del domingo. Y tanto a Havertz, como a Brandt, se les recordaron las goleadas de la Roja con Luis Enrique.
"El 7-0 es un resultado duro, que impresiona. Hay que respetar al equipo español, está claro; pero no nos vamos a esconder contra España. Sabemos la calidad que tenemos, sabemos lo que tenemos que hacer y lo queremos demostrar el domingo", comentó Havertz.
"¿El 6-0 de Sevilla? Eso ya está olvidado", enfatizó el delantero del Chelsea, con el que coincidió Bradt.
"No creo que tenga nada que ver, es algo que pasó hace dos años.Hemos mejorado en muchas cosas", opinó el centrocampista del Borussia Dortmund, que apela a la resiliencia. "No sirve para nada empeñarnos en decir que nos encontramos en una situación de mierda (sic) o este tipo de cosas. España viene de ganar con enorme claridad, con una goleada de 7-0. Pero nosotros tenemos que ver este partido como una oportunidad", opinó.
Adrian R. Huber